Salgo del avión, son las 2 de la madrugada, una humedad sofocante me inunda la piel, mas el olor a vegetación me recarga los pulmones. Tengo esa sensación de que todo es nuevo y de que mi idioma aquí no sirve de nada. Me acuesto en la parte trasera del coche mientras un desconocido conduce hasta nuestro destino. Tres horas de coche.
De noche no puedes percibir nada. A la mañana siguiente el silencio, el rumor ligero del mar y el canto de unos pájaros. Hace calor, pero corre una brisa que te resguarda de él.
He dormido como nunca, allí el tiempo no existe, es difícil tenerlo en cuenta, todo fluye de una forma distinta. Te obliga a bajar las revoluciones, a aterrizar en un mundo más ligero, con menos reglas y más amable con las personas que tienes al lado.
Todo el mundo te sonríe, te da los buenos días, incluso sin conocerte.
El viaje me ha hecho reflexionar sobre el valor del dinero, la infancia y el sentido de la ecología.
La parte de los niños me resulta duro, hay niños abandonados que van con un cubo por la calle, pienso en sus posibilidades y me estremezco.
Me inspiran sus sonrisas
Me extraña su creencia de que en Europa todo es mejor, es simplemente distinto. Nuestra vida está más acomodada, tanto que tenemos tronos para hacer nuestras necesidades. Pero creo realmente que desconocemos lo que es el descanso, dormimos y dormimos, pero siempre estamos pensando en el siguiente paso.
En Senegal no hay siguiente paso, hay presente. Pues, como ya he dicho, el tiempo es distinto. Se pueden hacer tantas cosas, se puede inculcar tanto… También me hace plantearme quiénes somos nosotros para explicar cómo vivir a otros, a una cultura distinta o a la persona que tenemos al lado.
Es extraño, saber que se puede impactar y plantearse como hacerlo desde el respeto, porque aquí también hay racismo, solo que se vive en tus carnes y no lo repartes. No te lo hacen saber, no te niegan el saludo, te siguen sonriendo, pero hay miradas que matan, dinero exigido, hacerte entender que eres más débil.
Con todo esto quiero transmitir que somos humanos, con experiencias de vida opuestas, religiones dispares y culturas que no se tocan, pero que se atraen, por eso vamos allá, por eso vienen aquí.